EL LAZARILLO DE TORMES

miércoles, 8 de diciembre de 2010

 "El Lazarillo de Tormes"
El protagonista de la obra a nacido en un molino junto al río Tormes, de un molinero ladrón y una mujer de vida irregular, a los ocho años es entregado por su madre, que había quedado viuda, a un astuto pordiosero ciego que le utiliza como guía (de donde nace el nombre de “lazarillo” que se da a los acompañantes de los ciegos).
De esta suerte el muchacho se haya súbitamente enfrentado a los problemas de la vida, por cuanto su amo es un egoísta que apenas le da mas que la comida precisa para no perecer de hambre, y, en cambio, le explica lecciones y ejemplos de astucia y malicia que el sagaz lazarillo no tardara en aprovechar ampliamente en perjuicio de su mismo maestro. Con su segundo dueño, un clérigo todavía mas avaro que el ciego, se ve obligado a echar mano de mas estratagemas, hurtos y malas artes para no quedarse totalmente en ayunas.
Sin embargo, cuando ingresa al servicio del escudero, uno de aquellos hidalgos arruinados convertidos, a causa de su vanidad, en tema del humor europeo, comprende que el no le da de comer por que el tampoco sabe con que hacerlo; movido por cierto desprendimiento, cual si, de manera refleja, experimentara en sus vísceras la sobriedad a que el otro debía de estar ya acostumbrado, le hace participe de la miserable colación mendigada por las calles de la ciudad.
Aparece ya, por lo tanto, una evolución de instintos hacia sentimientos humanos normales: la generosidad y la conmiseración se hallan ya en las mismas raíces de la caridad. Luego que, tras haber servido a muchos otros dueños, consigue reunir algún dinero, empieza a asarse y, alcanzando de esa suerte el aspecto de un hombre de bien, llega a obtener el lucrativo cargo de pregonero público.
El Arcipestre de san Salvador le hace casar con su criada, y, a partir de entonces, conoce el bienestar. Las malas lenguas nunca medrara dice el Arcipestre -; digo esto porque no me maravillara que alguno murmurase, viendo entrar en mi casa a tu mujer y salir de ella; ella entra muy a tu honra y suya, y esto te lo prometo.
Y Lázaro se preocupa solo de lo suyo y lo que cree. Cuando alguien trata de hablar del tema: le cierra la boca, y por otra parte, jura que su mujer es tan buena como viva dentro de las puertas de Toledo; y quien otra cosa me dijere, yo me matare con él.


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